Título: 12 formas básicas de enseñar “Didáctica de la narración y la disertación”.
Fecha: 30 de Mayo de 2013. Autor:
Aebli Hans.
Páginas: 47-56 Lector:
Zaira Valenzuela Luna.
Resumen:
De
la esencia de la comunicación verbal se derivan las reglas metodológicas
correspondientes a la narración y disertación. Su ámbito de validez va, en
parte, más allá de estas formas elementales de enseñanza y afecta a cualquier
forma de diálogo del educador, con niños y adolescentes.
La
intencionalidad de la comunicación verbal está orientada a hacer revivir en el
oyente contenidos psíquicos que están vivos en el narrador, por medio de los
signos verbales. Pero estos sólo pueden activar en el interior del que escucha
representaciones, conceptos y demás contenidos vivenciales que ya tiene; a
partir de ellos ha de producirse cualquier enseñanza, son el material desde que
se origina cualquier nuevo contenido mental.
Adaptación
al nivel de desarrollo del alumno, es decir, el profesor ha de tener en cuenta,
en primer término, el nivel de desarrollo del alumno.
Dentro
de un determinado nivel de desarrollo se muestran las diversidades individuales
en carácter y personalidad igual que en los adultos. En el aula escolar, estos
factores determinan el “espíritu de la clase”. Todo profesor que ha tenido
ocasión de comparar las reacciones de distintas clases ante una misma tarea,
sabe lo grandes que pueden ser las diferencias entre unas y otras; reflejan el
plano colectivo, las diferencias individuales entre los alumnos.
El
estado de ánimo de una clase varía de un día a otro. Al igual que los
individuos, también las clases tienen sus días buenos y sus días malos, sus
horas animadas y sus horas perezosas. Estos factores no pueden ser ignorados
por el profesor, que deberá mantener unas veces más firmes las riendas y dar
más libertad en otras ocasiones, intentando estimularla unas veces y frenarla
otras.
Para
lograr el contacto con la clase el profesor necesita mantenerse en contacto
psicológico con la clase; debe advertir si le comprende, si es capaza de
realizar los avances que exige de ella. Pero más allá del control del
entendimiento racional, he de saber si la clase le sigue, si toma en serio lo
que le expone, si siente aquello que él desearía transmitir y así pasar a
segundo plano el deseo de controlar, propio del maestro de escuela.
El
profesor ha de reservar siempre una parte de su atención para observar a la
clase. Debe buscar el contacto psíquico con ella, pero no dejarse absorber
completamente por las materias que explica; no debe de mirar exclusivamente
hacia dentro para dar forma a su lección basándose sólo en la representación
que tiene de ella.
Hay
que advertir al que se inicia en la profesión docente que procurare mirar a los
ojos de sus alumnos. No tiene por qué asustarse, ni temer desorientarse porque
haya muchos ojos que le estén mirando. El comportamiento demasiado familiar
entre adolescentes suele terminar en pérdida de autoridad y respeto.
Las
más diversas medidas didácticas y modalidades de dar clase pueden provocar el
diálogo. Para ello es sólo necesaria una cosa: dar oportunidades a los alumnos
para expresarse, para abordar de un modo relativamente autónomo problemas que
les interesan y conducirles a una solución mediante el empleo de su propia
capacidad de pensar.
Aclarar y explicar.
En
ciertos puntos de la exposición, en los que pudiera haber falta de claridad, el
profesor hace que los alumnos mismos aclaren las cosas. Se ponen de manifiesto
interrelaciones, se buscan motivos, se mencionan consecuencias.
Dejar imaginar, ilustrar afirmaciones
generales mediante ejemplos.
Los
alumnos tienen necesidad de imaginarse detalles delo narrado. Se debe buscar siempre
trasladarlos de lo general a la realidad concreta
Hacer tomar postura.
Donde
se habla de actos y decisiones, podemos hacer siempre que los alumnos tomen
postura. Los puntos de vista pueden ser de la más diversa índole: utilidad,
sabiduría, justicia, bondad, moral, etc.
Dialogar, representar.
Una
de las formas más atractivas pero también más difíciles y que consumen más
tiempo, de interesar a los alumnos en la colaboración, consiste en dialogar
acerca de la narración, convirtiendo las acciones que la componen en breves
escenas más o menos improvisadas.
Opinión personal:
Es
importante que el docente tome en cuenta el desarrollo mental del niño, porque
este definirá las pautas de entendimiento y procesamiento de información en el
alumno. Es decir, el nivel de abstracción que presente el alumno en procesos
mentales, representaciones y conceptos, será la variable decisiva en el nivel
de comprensión que el niño adquiera.
Es
importante que entre el docente y los alumnos, exista una relación de apoyo. El
alumno debe ver al maestro como una persona en quien confiar.